Limitación de Responsabilidad

Los resultados analiticos descritos en este blog se han obtenido siguiendo estándares científicos aplicados con el máximo rigor posible, utilizando materiales y equipos profesionales o semiprofesionales. Sin embargo, dado que el laboratorio no está certificado, los resultados obtenidos deben ser considerados como indicativos.

Medidas de radón en viviendas



El radón

¿Pueden existir en nuestras casas habitaciones “calientes” donde haya niveles de radiación superiores, o incluso muy superiores, a los niveles medios correspondientes a nuestra región?

En el interior de nuestras casas pueden encontrarse fuentes de radiación a las que estamos sometidos inadvertidamente. La más común es el granito de los poyos de la cocina o en las baldosas de nuestra casa o de las zonas comunes del edificio. El granito contiene pequeñas cantidades de uranio natural, elemento bastante radiactivo. Asimismo, el uranio sufre una cadena de desintegraciones radiactivas que conduce al radio (si, el mismo radio que descubrieron los Curie), que a su vez se desintegra dando radón.

El radón es un gas radiactivo, incoloro e inodoro que, a su vez, se desintegra dando polonio, que es un sólido también radiactivo. Al respirar el radón, parte se desintegra en nuestros pulmones y el polonio resultante (al ser un sólido) se queda depositado en los tejidos pulmonares, aumentando la probabilidad de sufrir un cáncer de pulmón. Si, además se es fumador (activo o pasivo) se potencian los efectos carcinogénicos del tabaco. Según lo ya comentado, al estar dentro de nuestro cuerpo, la radiación del radón y sus productos de desintegración es más perjudicial que el simple contacto con el granito. Por añadidura, la EBR de la radiación del Polonio es muy alta, dado que emite partículas alfa.

Llegados a este punto, no se trata de que los que tengan granito en su cocina o en otras zonas de su casa empiecen a llamar al albañil para que lo quite. Cuantifiquemos primero la radiación que emite, y en qué circunstancias es más perjudicial.

Respecto a la radiación que emite el granito directamente, ni aunque durmiéramos cada día encima del poyo de la cocina habría problemas. Otro tema es el radón que emana del granito.

La EPA (Environmental Protection Agency) estadounidense establece unos límites máximos de radón de 4 pCi/L (pico Curios por litro), que equivale a unos 148 Bq/m3 (Bequerelios por metro cúbico), que es la unidad comúnmente utilizada en Europa. El CSN (Consejo de Seguridad Nuclear) establece unos niveles máximos, de acuerdo con la normativa europea (recomendación de la Comisión Europea de 21 de febrero de 1990, 90/143/Euratom), de 200 Bq/m3 en viviendas nuevas, y de 400 en antiguas. ¿A qué se debe esa diferencia de límites máximos admitidos entre EEUU y Europa? Pues a un problema habitual en toxicología: se desconoce exactamente cual es la dosis máxima que no produce efectos a largo plazo sobre la salud. También a una cuestión constructiva y económica: en EEUU muchas viviendas unifamiliares son de madera y, si en viviendas antiguas europeas se bajasen los límites de radón, habría que tomar medidas costosas. Y esas medidas, en el caso de edificios públicos, las tendría que pagar el estado.

Recomiendo consultar el interesante informe técnico del CSN sobre la inmisión de radón en viviendas. El radón procede de los materiales de la construcción usados en las viviendas (hormigón, yeso, etc) y de la geología del terreño (granitos y basaltos son los mayores productores de radón, que entra en las casas por los cimientos).

El radón figura como la segunda causa de cáncer de pulmón después del tabaquismo. Algunos estudios señalan que una exposición al radón en cantidades superiores a 37 Bq/m3 duplican la posibilidad de sufrir cáncer de pulmón (Barros-Dios et al. 2002), y que cada incremento de 100 Bq/m3 aumenta un 16% la probabilidad de sufrir cáncer de pulmón (Darby et al. 2005). Estos factores se incrementan si además se fuma. El fumar potencia el efecto del radón en factores de entre 20 (menos de 37 Bq/m3) y casi 50 (más de 37 Bq/m3). Como el radón se acumula y tiene un periodo de semidesintegración de 3.8 días, ventilar diariamente las habitaciones reduce considerablemente el nivel de radón. Como ya decían nuestras abuelas, ventilar cada día es muy importante para la salud. No solamente por el radón, sino por la acumulación de vapores de los plásticos, disolventes o metales presentes en nuestra vivienda. 

Como ya se ha indicado, las medidas de radón se han obtenido utilizando un detector profesional Rstone Pro, como el de la figura.


Resultados de las medidas

En España se han hecho varios estudios muy serios, con los que no pretendo competir. Lo que pretendo es mostrar los resultados obtenidos en el caso de una casa adosada esquinera, que creo que pueden ser de interés y cuyas conclusiones pueden ser aplicables a otros casos.

En general no se han representado las barras de error de las medidas para hacer más cómoda la visualización. Sin embargo, la repetición que se ha hecho de las medidas, permite obtener resultados estadísticamente significativos.

Empecemos por el dormitorio, situado en la planta alta. La puerta del mismo se deja abierta durante el día, se cierra por la noche al acostarse, y se ventila abriendo la ventana por la mañana:


Podemos observar que, al cerrar la puerta (línea de puntos vertical roja) el nivel de radón sube durante la noche desde un nivel de aproximadamente 75 Bq/m3 hasta más de 200. Al abrir la ventana (línea de puntos vertical azul) la concentración de radón baja rápidamente, para volver a subir al cerrar la puerta la noche siguiente.

Curioso, ¿verdad? Pero veamos si la conclusión es correcta: En la siguiente gráfica se representa la concentración de radón en el mismo dormitorio dejando la puerta cerrada y sin ventilar durante un viaje.


Ahora la concentración ha subido hasta llegar a los 200 Bq/m3 en media, con máximos de casi 400.

Pero tomemos una medida a más largo plazo:



Podemos ver que, en efecto, al cerrar el dormitorio el radón se acumula durante la noche alcanzando máximos superiores a  200 Bq/m3 y que al abrir la ventana por la mañana baja hasta niveles de 50 Bq/m3 manteniéndose luego en los 75 Bq/m3. Ya al final de la medida, se dejó la puerta permanentemente abierta y se comprueba que el valor medio se mantiene.



Para terminar con las medidas en el dormitorio, tomamos las que se representan en la gráfica superior. Una vez más, cerré la puerta antes de un viaje, justo después de ventilar abriendo la ventana. Se alcanza un máximo de hasta 250 Bq/m3 que, al ventilar desciende rápidamente hasta 50 Bq/m3.

Parece, entonces, que el radón procede de los materiales de construcción (paredes y techo) y se acumula si no se ventila. Para confirmarlo tomé medidas en otras zonas de la casa. Primero en el garage. El garage se encuentra en el sótano de la vivienda, más cerca, por tanto, de los cimientos y el suelo. La zona es basáltica. El basalto produce unas cinco veces menos radón que el granito, pero más que otras rocas. Sin embargo, el garage tiene rejillas de ventilación a ambos lados, que comunican con zonas comunes bien ventiladas. Por otro lado el garage tiene las paredes y techo de hormigón, mientras que el dormitorio tiene trasdosados de yeso con lana de roca. La siguiente gráfica muestra las medidas obtenidas.


Vemos que la concentración es muy inferior, a pesar de la proximidad a los cimientos. Inferior en media a los 40 Bq/m3. Puede ser debido a la ventilación o a los distintos materiales de construcción. Como ya he mencionado el garage tiene paredes y techo de hormigón y el dormitorio tiene trasdosados de yeso, y lana de roca. Y la lana de roca se obtiene del basalto, que emite radón. La siguiente medida la tomé en uno de los baños de la casa, también situado en la planta alta, con las paredes de azulejos y el techo de yeso, cerrando la puerta y ventilando luego:



Puede observarse un patrón parecido, el incluso con parecidas concentraciones a pesar de que los materiales son distintos. Hice entonces una prueba de fuego: metí el detector dentro de un armario. Las paredes son de otros materiales (yeso sobre bloque de cemento) y no tiene ninguna ventilación. Los resultados se muestran en la siguiente gráfica:



La concentración medida es más del doble, con una media superior a 200 Bq/m3, y máximos de 400 Bq/m3. Parece confirmado entonces que, en el caso de esta vivienda, no hay una dependencia de los materiales de acabado de la paredes ni de los cimientos, sino de la ventilación, aunque desde luego el radón procede de los materiales de construcción utilizados en la construcción. Posiblemente de los bloques de cemento.

Para terminar, tomé medidas en la cocina, situada en la planta baja:



El máximo de la primera medida es, posiblemente, un residuo del aire del armario (anterior ubicación). Hubiera debido esperar unas horas antes de tomar la medida. Puede observarse que la media, de unos 100 Bq/m3 parece algo superior a la del dormitorio y baño, que era de unos 75 Bq/m3.Puede ser debido a una menor ventilación o, lo que es más probable, a la gran cantidad de granito del poyo de la cocina.

También tomé medidas en el salón (planta baja):


Aquí la media es inferior, de unos 60 Bq/m3.


Conclusiones

Podemos concluir que, en el caso de la vivienda analizada, unifamiliar adosada esquinera situada en zona basáltica, la concentración media de radón, con ventilación diaria, es de 60-75 Bq/m3. Con ventilación continua (garage) es de 30-40 Bq/m3, mientras que sin ventilación llega a más de 200 Bq/m3. Todo ello, independientemente de los materiales de acabado de las paredes y techo, y del terreno sobre el que se asienta la vivienda.


Aunque los resultados no son generalizables a otro tipo de viviendas, ni a viviendas asentadas en otras zonas, o construidas con otros materiales. Resulta claro que es necesario ventilar bien la vivienda al menos una vez al día, independientemente de la zona y los materiales de construcción utilizados.


En la actualidad prosigo las medidas a más largo plazo para afianzar los valores medios, con la intención de ampliar a otras viviendas y otras zonas mediante detectores tipo electrete en el futuro.

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